La Guerra de las Dos Rosas fue el conflicto que devastó Inglaterra durante la última mitad del siglo XV, en ella dos ramas de los
Plantagenet (los
York y los
Lancaster ) se disputaron a muerte la corona
Para comprender el desarrollo de este enfrentamiento hay que retroceder mucho más en el tiempo. Los dos bandos que se enfrentarían por la corona tenían un antepasado en común,
Eduardo III (1327-1377 ). Aquel rey había conseguido acabar con las rencillas nobiliarias inglesas al conseguir unir su voluntad para derrotar al enemigo común: Francia. Bajo su reinado comenzó la
Guerra de los Cien Años. Eduardo III tuvo una numerosos hijos entre los que sobresalieron
Juan de Gante, patriarca de los
Lancaster, y sobre todo, su primogénito y heredero
Eduardo
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EDUARDO III
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Conocido por el sobrenombre del Príncipe Negro, Eduardo representaba a la perfección los ideales de la caballería. Era respetuoso, gentil, galante, siempre dispuesto a defender a los más débiles y a enfrentarse a los enemigos de la Iglesia. Luchó tanto en la Guerra de los Cien Años como en la Península Ibérica donde colaboró con las tropas del rey Pedro I de Castilla en la guerra fratricida que le enfrentaba al futuro Enrique II de Trastámara.
Su padre le concedió el titulo de
Príncipe de Aquitania y le nombró gobernador del ducado, fue un buen militar que se estaba labrando su reputación como político. Sin embargo, la muerte sorprendió a Eduardo en 1376 por una disentería que llevaba arrastrando desde que luchó en Castilla. Dejaba un niño de nueve años que se convertiría en el Príncipe de Gales. Tras morir su abuelo al siguiente año se convirtió en
Ricardo II (1377-1399).
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EDUARDO
EL PRINCIPE NEGRO
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El reinado de un niño abría la puerta a la nobleza para intervenir en el gobierno. Pronto se formaron dos bandos nobiliarios; uno defendía que la regencia debía pasar a Juan de Gante su tío; el otro recelaba de las ambiciones políticas del duque de Lancaster y defendía la formación de un consejo nobiliario que gobernase Inglaterra hasta la mayoría de edad del Rey.
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RICARDO II
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Tras un tiempo, Juan de Gante logró ocupar la regencia. Eran tiempos difíciles para la isla. A los gastos ocasionados por la ya larga Guerra de los Cien Años (desde hacía más de 40 años) se sumaba el impacto que la peste negra había tenido sobre el reino. Los señores trataron de resolver la crisis congelando los salarios y elevando las rentas a sus siervos a los que cada vez les ataban lazos mas débiles. La crisis económica y los intentos de reestablecer la servidumbre causaban numerosas revueltas campesinas. La necesidad de la monarquía de tener ingresos para financiar sus ejércitos en Francia llevó al regente a aprobar el conocido como Poll Tax (impuesto a la comunidad), un impuesto de capitación que gravaba al campesinado inglés. Este impuesto fue elevado en 1381 desencadenándose una gran revuelta campesina que se dirigió a Londres asesinando algunos nobles a su paso. Una vez allí incendiaron el palacio de Juan de Gante y solo la aparición del rey pidiendo calma pudo detener momentáneamente una movilización que tendría un final trágico tras el ajusticiamiento de sus cabecillas.
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JUAN DE GANTE
DUQUE DE LANCASTER
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