3/30/2019

El descuartizador del Támesis.

Un enigma victoriano.

  ¿Pudo un asesino en serie, aún más sádico que Jack el Destripador, coexistir con él y cometer sus atroces hazañas en similar tiempo y lugar?. Me refiero a esos cuerpos desmembrados, cuyas inquietantes apariciones dieron origen a la hipótesis del Asesino del Torso del Támesis.
  La sombra de ese presunto asesino se proyectó con despreciable fuerza por primera vez en mayo de 1887. Dos trabajadores portuarios extrajeron de las aguas un paquete que guardaba el torso de una mujer. Durante los meses de mayo y junio, partes de ese mismo cuerpo emergieron en distintas zonas de Londres.

  Los forenses consideraron que las mutilaciones denotaban algún grado de conocimiento anatómico, avalaron la teoría de un homicidio. La segunda eventual víctima de la serie de despojos humanos esparcidos en el Támesis y sus aledaños fue advertida en septiembre de 1888. el 2 de octubre se descubrió el torso de una mujer al cual le faltaba la cabeza. Al suceso la prensa lo apodó el Misterio de Whitehall.

   Se llamó para estudiar los restos cadavéricos a varios forenses, entre ellos al doctor Thomas Bond. Este profesional evaluó que, de tratarse de un crimen, el asesino había justificado ostentar algún grado de conocimiento médico. En general, los cirujanos no pudieron dar con evidencia que dilucidase de que forma pereció la infortunada mujer. El también forense Charles Alfred Hibbert, ayudante de Bond, opinó que el brazo rescatado en el río pertenecía a aquel torso por el diámetro de las amputaciones que exhibía el cuerpo en donde le fueron arrancados los miembros.

  En la mañana del 4 de junio, parte de un torso femenino se capturó de las aguas sobre la ribera de la localidad de Horselydown. Ese mismo día, en horas de la tarde, una pierna izquierda apareció debajo del puente Albert, en Chelsea. En la siguiente semana varios pedazos más fueron recobrados en las cercanías del río. El periódico Times de Londres, en su edición del 11 de junio de 1889, reprodujo un resumen: "los restos humanos encontrados hasta ahora son los siguientes: Martes, pierna izquierda y muslo en Battersea, parte inferior del abdomen en Horselydown; jueves, el hígado cerca de Nine Elms, la parte superior del cuerpo en Battersea Park, el cuello y los hombros en Battersea; viernes, el pie derecho y parte de esa pierna en Wandsworth, la pierna y el pie izquierdos en Limehouse; sábado, el brazo izquierdo y la mano en Bankside, las nalgas y la pelvis en Battersea, el muslo derecho en el Chelsea Embankment; y ayer, el brazo derecho y la mano en Bankside"
  Por su lado, el 5 de julio el Times relató que; "en opinión de los médicos actuantes que las mujeres habían fallecido sólo 48 horas antes de que sus organismos fuesen troceados, y que los cadáveres resultaron diseccionados por una persona que debe haber tenido algún conocimiento sobre las articulaciones del cuerpo humano". Al igual que en las restantes, no se pudo ubicar la cabeza, pero su identidad fue establecida. Elizabeth Jackson, una ramera muy pobre que carecía de hogar y a menudo dormía en el parque de Battersea. Había adoptado el hábito de colarse entre las roturas de las rejas circundantes cuando en la noche cerraban las puertas de aquel lugar público. En la autopsia se constató que el útero estaba extirpado. El doctor Thomas Bond fue del parecer de que podría tratarse de un aborto mal practicado, con consecuencias fatales. El posterior fraccionamiento y dispersión de trozos del cadáver habría resultado, de acuerdo con esta conjetura, la infame tarea de un malogrado obstetra intentando ocultar las huellas de su delito.

  El 17 de julio de 1889 fue el homicidio de la prostituta Alice Mckenzie, del cual se sospechó fuera obra del Destripador. Todos los médicos excepto Bond coincidieron en que el crimen no pertenecía al conocido psicópata. El 10 de septiembre, el agente de la policía metropolitana William Pennet dio con el torso de una mujer bajo un arco de ferrocarril. Oficialmente, las pesquisas incluyeron este eventual crimen en la categoría de los llamados "Asesinatos de Whitechapel".

 Los misteriosos y sórdidos descubrimientos verificados en torno al Támesis contaron con un posible antecedente entre los años 1873 y 1874. El 5 de septiembre de 1873, una patrulla de la policía del río, próxima a la localidad de Battersea, recogió fuera del agua un fragmento del tronco de una mujer. Mas tarde se fueron recolectando otras partes del mismo cadáver. Esta vez era evidente que detrás había una mano criminal, un veredicto de "asesinato con premeditacion contra una persona o personas desconocidas" fue alcanzado por el jurado en la encuesta judicial.
  El gobierno ofreció una recompensa de doscientas libras, y un perdón gratuito para cualquier cómplice que denunciara al ejecutor. Pese a ello jamas se supo la identidad de la víctima y el asunto quedó como al principio. En el mes de junio del siguiente año de 1874 el cuerpo descuartizado  de una mujer fue extraído de las aguas del Tamesis, en la región de Putney. Al igual que el año anterior, nunca se supo a quien pertenecían los fragmentos humanos, ni se capturó sospechoso alguno.