9/21/2018

La última zarina.


 Princesa Alicia y su esposo el Gran Duque de Hesse

La zarina Alejandra nació el 6 de junio de 1872 en Darmstadt, capital del gran ducado de Hesse, en Alemania. Era la sexta de los siete hijos de la princesa Alicia de Gran Bretaña y el gran duque Luis de Hesse,  En diciembre de 1871, Bertie, príncipe de Gales, y el hermano más querido de Alicia, cayó enfermo de fiebres tifoideas. La princesa al enterarse acudió de inmediato junto a su lecho en su residencia de Norfolk, donde se debatía entre la vida y la muerte. No se separó de él ni un instante y le cuidó hasta que milagrosamente Eduardo recuperó la salud. Cuando estuvo fuera de peligro, Alicia tenía los nervios destrozados y tuvo que guardar cama días enteros. Se encontraba embarazada de tres meses y llegó a temer por la vida del hijo que esperaba. Así que cuando la princesa Alix de Hesse, futura zarina de Rusia, vino al mundo, para su madre fue un autentico regalo. Fue bautizada con el nombre de las cinco hijas de su abuela la reina Victoria: Victoria Alicia Elena Luisa Beatriz.

 Princesa Alicia y su hermano el Príncipe Eduardo
(futuro rey de Inglaterra)

En su bautizo la recién nacida tuvo entre sus ilustres padrinos a los futuros soberanos Eduardo VII de Inglaterra y Alejandro III de Rusia. Aunque los duques de Hesse se ocuparon de sus hijos mas de lo que era habitual en los matrimonios reales, la educación de Alix recayó en una intitutriz inglesa que impuso un rígido programa diario con horas fijas para todas las actividades. Orchie, como la llamaban los pequeños, le enseñaba dibujo, le leía la Biblia y le contaba cuentos a la hora de dormir. Era el principal apoyo en ausencia de una madre que debido a su rango debía cumplir otras obligaciones. A Alix le encantaban los animales y solía recorrer el parque en un carrito tirado por un pony acompañada  por un lacayo vestido de librea que sujetaba las riendas. Con el tiempo se reveló como una buena amazona y siempre le gustó la vida al aire libre y el contacto con la naturaleza. La agradable infancia de Alix se vio truncada con la trágica muerte de su hermano pequeño Federico, que padecía la enfermedad de la hemofilia.

En 1877, el padre de Alix se convirtió en el gran duque Luis IV de Hesse. Las obligaciones que su nuevo cargo le exigían como gran duquesa de Hesse provocaban en la princesa Alicia una gran angustia porque temía no estar a la altura de lo que el pueblo esperaba de ella. Alix heredaría de su madre la presión psicológica, las tensiones de u posición, el temperamento melancólico y el sentido de la fatalidad. El 14 de diciembre Alix perdía a su progenitora a la temprana edad de treinta cinco años. Fue enterrada en el gran mausoleo ducal en Rosenhöhe con la bandera del Reino Unido cubriendo su ataúd, Alix se había quedado huerfana de madre a los seis años y nunca superaría este doloroso trance ( su hermana María también falleció de difteria ). En apenas unos meses todo aquello que le resultaba cálido y familiar había desaparecido para siempre. Su semblante, siempre risueño, se volvió triste y serio. A partir de este instante en ninguna de las fotografías que se conservan de ella se la ve sonreír.

A diferencia de otras princesas europeas Alix recibió una educación muy completa. Era una estupenda estudiante y a los 15 años ya poseía sólidos conocimientos de historia, geografía y literatura, tanto alemana como inglesa. También tocaba el piano con gran brillantez, pero lo pasaba mal porque era extremadamente tímida. A diferencia de su madre no le interesaban las labores sociales, aunque comprendía que la obligación de una princesa era ayudar a lo más necesitados. Tampoco estaba de acuerdo con la sumisión que en aquella Inglaterra victoriana se imponía a la mujer. Ella se miraba en el espejo de su abuela que era la soberana más respetada y poderosa de Europa. Alix la recordaba siempre luciendo sobre sus cabellos canosos una cofia de viuda de tul blanco con un largo velo y envuelta en vaporosos vestidos de seda negra. La soberana, que muchos temían por su fuerte carácter, se comportaba con ella como una abuela cariñosa y fue su mejor consejera. La suya fue una infancia y adolescencia solitarias pues había una gran diferencia de edad con sus hermanos. Con el tiempo se convirtió en una niña muy encerrada en sí misma que solía caer, al igual que su madre, en períodos de melancolía y aislamiento.
la Reina Victoria con sus hijas Victoria, Elisabeth, Irene y Alix de Hesse

                                                                       
princesa Isabel

princesa Victoria

 Cuando Alix tenía doce años un tren la llevó a San Petersburgo para asistir al enlace de su hermana. Para la princesa alemana era su primer contacto con la corte del zar, la más espléndida de toda Europa, donde el lujo y la opulencia eran el sello personal de la familia Romanov. Al llegar a la estación principal una carroza dorada, tirada por ocho caballos blancos y guiada por lacayos de pelucas empolvadas, librea color escarlata y medias de seda, esperaba a su hermana para conducirla a palacio.

Los viajeros fueron alojado en Peterhof, el palacio imperial de verano. Aquí fueron recibidos por el zar Alejandro III (padrino de Alix) y su esposa María Feodorovna a quien al contrario que su esposo le desagradaban las fiestas, la pompa y el protocolo ceremonial. Su hijo mayor, el zarevich Nicolás (a quien todos llamaban Nicky), era primo segundo de Alix y sus padres lo trataban como a un niño a pesar de ser el heredero al trono.
María Feodorovna
La boda tuvo lugar en la capilla del Palacio de Invierno y aunque su hermana Ella (Isabel Feodorovna) era considerada una de las mujeres más hermosas y elegantes de su tiempo, Alix no pasó inadvertida. Vestida con un sencillo traje de muselina blanca con rosas adornándole el cabello, atrajo desde el primer instante el interés del zarevich. Al parecer Nicky se enamoró como un colegial de su prima a la que regaló un pequeño broche, ella lo acepto pero más tarde lo devolvió porque creyó poco apropiado aceptar un obsequio tan valioso. A Alix el príncipe le pareció muy cortés, discreto y apuesto.

zarevich Nicolás Alexandrovich de Rusia.
En 1889 la princesa fue a visitar a su hermana a San Petersburgo en compañía de su hermano Ernie y de su padre. Ahora era una joven de diecisiete años de radiante belleza y fuerte carácter. Él también había cambiado y a sus veintiún años resultaba muy elegante y atractivo vestido con su uniforme de oficial. en esta ocasión se vieron numerosas veces en recepciones, banquetes, bailes y en el palco imperial del teatro Mariinski, donde se daba cita la alta sociedad rusa para disfrutar del ballet. Antes de la partida de Alix, Nicky convenció a sus padres para que dieran un baile especial en su honor. La habitación donde se alojo estaba llena de rosas que perfumaban el aire. Como Nicolás conocía la extremada timidez de la princesa, invitó solo a un numero reducido de amigos personales,(los miembros más jóvenes de la familia Romanov, y los oficiales compañeros en el ejercito), ya no disimulaba en público el interés que sentía por la princesa de Hesse.




Alix regresó a Darmstadt con la promesa de volver el siguiente verano a Rusia y así lo hizo. Nicolás no pudo visitarla porque los compromisos reales le mantuvieron alejado de Moscú pero sus sentimientos hacia Alix no habían cambiado. De vuelta al Palacio Nuevo (tras la boda de sus tres hermanas era la única hija del gran duque que vivía en él ) la princesa se preparó para su confirmación en la Iglesia luterana, un paso obligatorio para cualquier joven que pretendiera ingresar en la alta sociedad o ser presentada en una corte europea. Para ella se trataba de un acto importante porque era muy devota. Con el tiempo su profunda fe religiosa la ayudaria a aceptar con gran serenidad las tragedias personales que la vida le deparaba. El gran duque Luis de Hesse ofreció un espectacular baile para presentar a su hija a la sociedad de Darmstadt y a partir de ese momento tuvo que asumir el papel de primera dama de la corte junto a su padre y su hermano Ernie, el heredero. Aunque el contacto con la gente extraña le producía una angustia casi patológica organizó bailes, cenas y recepciones sin desatender las labores sociales, viajó a menudo por Europa con su padre, al que se sentía muy unida. Pero en marzo de 1892 el gran duque fallecía de un ataque al corazón a los cincuenta y cuatro años.
Alix y el gran duque Luis de Hesse
Ernie sucedió a su padre con el título de gran duque de Hesse a la edad de veintitrés años y fue el mayor apoyo para su hermana, la reina Victoria al saber que su nieta estaba al borde de la depresión y su salud era muy delicada ( se negaba a comer y guardaba cama durante semanas), la invitó a pasar una temporada con ella en Inglaterra.


Alix de Hesse