Ha pasado a la historia como compendio de todos los vicios, y de modo muy especial del de la gula, que no era el único que cultivaba.
Emperador romano de la dinastía de los Severos entre los años 218-222.Subió al trono a los 14 años y, una vez en el poder, enseguida logró ganarse un gran número de enemigos por su afán de incumplir las tradiciones romanas. Al principio de su mandato, remplazó al dios Júpiter, cabeza del panteón romano, por un nuevo dios de su religión, y obligó al gobierno a participar en los festivales en honor del nuevo dios.
Un gran cuadro de su persona se alzaba sobre la estatua de la diosa Victoria, obligando a la gente a hacerle a él las ofrendas que iban para la diosa. Se casó con una virgen vestal, algo contrario a la ley romana ( una vestal que rompía sus votos era enterrada viva). Estableció aún más su divinidad cuando fue circuncidado para convertirse en el sumo sacerdote de su nueva religión.
Una de las historias cuenta que a menudo sacrificaba niños y utilizaba sus entrañas para vaticinar el futuro. Al emperador le encantaba hacer bromas pesadas: arrojaba serpientes venenosas a la multitud, una vez creó una lotería con premios que iban desde avispas o cadáveres de perros hasta una sentencia de muerte.
Heliogábalo escandalizó a la corte con sus ropajes femeninos y al casarse consecutivamente con dos hombres. Se hizo una emasculación en un intento rudimentario de cambio de sexo. El primero registrado en la historia
Heliogábalo adoptó a su primo Alexiano con el nombre de Marco Aurelio Alejandro en el 221. Esta maniobra fue el origen de su desgracia, pues se suscitó un motín entre los pretorianos en el que murieron asesinados Heliogábalo y su madre en el 222.Tenía 18 años.