2/13/2018

Annabel Lee



Hace de esto ya muchos,
muchos años,
cuando en un reino junto al mar viví,
vivía allí una virgen que os evoco
por el nombre de Annabel Lee;
y era su único sueño verse
siempre
por mi adorada y adorarme a mi.

Niños éramos ambos, en el
reino
junto al mar; nos quisimos allí
con amor que era amor de los
amores,
yo con mi Annabel Lee;
con amor que los ángeles del
cielo
envidiaban a ella cuanto a mí.

Y por eso,hace mucho,en
aquel reino,
en el reino ante el mar,¡ triste
de mi !,
desde una nube sopló un
viento,helando
para siempre a mi hermosa
Annabel Lee
Y parientes ilustres la llevaron
lejos, lejos de mí;
en el reino ante el mar se la
llevaron
hasta una tumba a sepultarla
allí.

¡Oh sí !-no tan felices los
arcángeles-,
llegaron a envidiarnos, a ella, a
mí.
Y no más que por eso -todos,
todos
en el reino, ante el mar,
sánenlo así-,
sopló viento nocturno, de una
nube,
robandome por siempre a
Annabel Lee.

Más, vence nuestro amor;
vence al de muchos,
más grandes que ella fue,que
nunca fui;
y ni próceres ángeles del cielo
ni demonios que el mar
prospere en sí,
separarán jamás mi alma del
alma
de la radiante Annabel Lee.

Pues la luna ascendente,
dulcemente,
tráeme sueños de Annabel Lee;
como estrellas tranquilas las
pupilas
me sonríen de Annabel Lee;
y reposo, en la noche
embellecida,
con mi siempre querida,con
mi vida;
con mi esposa radiante
Annabel Lee
en la tumba, ante el mar,
Annabel Lee.

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