2/28/2018

COYWOLF.

Entre uno y dos siglos atrás, las diezmadas poblaciones de lobos del sur de Ontario, en Canadá, comenzaron a cruzarse con los coyotes, en un desesperado intento de sobrevivir. Pronto se unieron a la ecuación los perros, llevados a esas tierras por los humanos que habían arrinconado al lobo. Del intercambio sexual de esas tres especies surgió un animal que, contra lo que suele pasar en tales mestizajes, es vigoroso y un superviviente: se calcula que hay millones de ejemplares en el este de Norteamérica, donde lo llaman coywolf o coyote del este.

El biólogo Javier Monzón ha estudiado el material genético de 437 ejemplares y ha determinado que los genes dominantes son los del coyote. Un 10% del ADN es perruno y un 25% de lobo dando como resultado un cazador eficaz, muy inteligente y capaz de vivir en entornos urbanos.
  

                                                                                                       

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