2/14/2018

El aparecido



Como un ángel de fiera pupila
volveré hasta tu alcoba tranquila,
y sabré deslizarme sin ruido,
y llegar a tu cuerpo dormido

En la sombra he de darte, ¡Oh mi bruna!,
besos fríos igual que la luna,
y caricias de sierpe ondulante
que una fosa rondara reptante.

Cuando al alba despiertes de frío,
encontrando mi sitio vacío,
no podrás recobrar el calor.

Si algún día te di mi ternura,
en tu vida de alegre hermosura
quiero ahora reinar por terror.

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