7/12/2018

Acadia.2334 a.C.


 

     Los Acadios son un pueblo de origen semita que provenían antiguamente de Siria, pero migraron hacia las fértiles tierras de la Mesopotamia. Allí se instalaron en el Norte de la región mesopotámica, en un área conocida como Akkad (por eso el nombre de Acadios). El centro de su imperio fue la ciudad de Agadé (también conocida como Akkad).El predominio de los Acadios comienza en el año 2350 a.C., momento en que el Rey Sargón toma el poder de la ciudad de Kish e inicia luego la conquista de toda Mesopotamia.

SARGÓN DE AKKAD
      En el siglo XXIII a.C. termina el dinástico temprano con el reinado del semita Sargón de Akkad. Este gobernante es la primera gran personalidad de Mesopotamia, siendo el fundador de la dinastía acadia. Convertido en copero del rey de Kish, al que destronará, conseguirá no sólo unificar todas las ciudades-estado de Mesopotamia sino también dominar parte de Siria, Asia Menor y el Elam iraní, es decir, será el arquitecto del primer gran imperio de la región. Sargón I deberá su triunfo, entre otros factores, a una nueva técnica militar. Sus tropas se arman con jabalinas, arcos y flechas, más eficaces que las pesadas lanzas de las falanges sumerias.
     Obra de Sargón es también la construcción de una nueva capital para su imperio, Akkad, y la instauración de un sistema imperial para dominar los territorios conquistados, según el cual gobernadores acadios dirigen la vida de las ciudades sometidas. También el acadio desplaza al sumerio como lengua oficial.Sin embargo, fueron constantes las revueltas y sublevaciones de los pueblos sometidos, una característica que se repetirá a lo largo de todo el periodo imperial acadio. La unificación bajo un mando único de tan vastas regiones se tradujo en un gran desarrollo económico y artístico, abriéndose al comercio nuevos mercados y llegando a la región nuevas materias primas. La glíptica y la metalurgia alcanzaron gran desarrollo, la última especialmente gracias a la invención o perfeccionamiento de la técnica de la cera perdida. El sostenimiento del aparato imperial se apoya ahora en la divinización del gobernante. Sargón y sus sucesores son adorados por el pueblo como deidades, probablemente por influencia egipcia, lo que podemos apreciar en la estela de Naram-Sin. Precisamente con este gobernante el imperio acadio alcanzó aun mayor tamaño, pues él mismo se denominaba "rey de las cuatro regiones del mundo". Sin embargo, a finales de su gobierno encontramos ya síntomas de una irreversible decadencia, marcada por las luchas sucesorias.
      De esta situación de debilidad se aprovechará un pueblo extranjero, los guti, llegados de los Montes Zagros del occidente iraní. Estos, en la segunda mitad del siglo XXII a.C., arrasarán Akkad, debilitada por una rebelión de los antiguos estados sumerios, y se instalarán en el norte de Mesopotamia durante los siguientes cien años. El periodo de dominio de los guti apenas deja rastros, más allá de algunas inscripciones y monumentos. Con todo, el respeto y veneración por el legado acadio y, en especial, la referencia a Sargón, serán una constante en Mesopotamia durante muchos siglos después de su caída. 
 MASCARA DE SARGÓN





   

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