3/20/2018

El enigmático Rasputín.

Aunque no estuvo involucrado con la revolución, este curioso personaje sí mantuvo una inquietante cercanía con la dinastía Románov en vísperas del levantamiento, lo que fue causa de un terrible escándalo que perjudicó seriamente la percepción que el pueblo tenía del zae y su familia.


Grigori Yefímovich Rasputín nació en la apartada Siberia en el seno de una familia campesina y no conoció otra vida hasta que, en su adolescencia, sintió una llamada mistíca que lo convenció de que debía echarse al mundo a predicar sus enseñanzas, camino por el que llegó a militar en una controvertida secta conocida como los flagelantes, convencidos de que el dolor llevaba a la verdad y de que sus reuniones debían tener un fuerte contenido sexual que las aproximaba a auténticas orgías.


Asi logró cierta fama, tanto por sus supuestos poderes curativos como por su licenciosa conducta. En 1905, sus andanzas lo llevaron hasta Petrogrado y allí, gracias a rocambolescas coincidencias, terminó por acceder al ambiente de la corte y causar una honda impresión en el círculo íntimo de la emperatriz.



Rasputín pasó a ser el personaje con más ascendiente dentro del séquito de la zarina porque hizo creer que podía aliviar el sufrimiento de su hijo, Alexis (heredero del trono de Rusia) que padecía hemofilia. Inexplicablemente, a partir de 1911, Rasputín designó a muchos altos funcionarios del Gobierno, la mayoría de los cuales resultaron poco competentes.

Una vez comenzada la Primera Guerra Mundial, cuando el zar Nicolás II se dirigió al frente de batalla para asumir el mando del ejercito, Rasputín pasó a controlar el Gobierno. Sus famosas orgías escandalizaron a la opinión pública rusa y circularon rumores de que conspiraba en favor de Alemania. Se le conocía por el sobrenombre del Monje Loco y su comportamiento comenzó a suscitar odios. Finalmente, fue asesinado de manera rocambolesca a finales de 1916.




Fue envenenado con vino y pasteles cargados de cianuro, pero cuando parecieron no hacerle efecto, le dispararon. Aunque, supuestamente, sobrevivió y hubo de recibir dos nuevos disparos que tampoco surtieron el efecto deseado. Después de esto, lo golpearon, después lo acuchillaron y lo arrojaron envuelto en cadenas al río. Y, por lo que se a descubierto recientemente, es posible que la causa de su muerte fuera por ahogamiento. Además, curiosamente, hay teorías que sostienen que fue el servicio secreto británico el que se encargó de planear su ejecución.



Se le considera uno de los responsables del descontento que terminó por provocar el estallido de la Revolución Rusa un año después y la consiguiente caída de la monarquía.
Después de la Revolución de Febrero fue desenterrado, icinerado y sus cenizas esparcidas.
                                                                                                                      Francisco Narla.

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